Ruptura: ¿Aprendizaje o Fracaso?


¿Por qué cuando una relación se deteriora y termina se toma como un fracaso?

He visto a muchas parejas que al unirse comienzan llenas de ilusiones, tal parece que llevan el mismo camino y que nada ni nadie los hará separarse.

La mayoría de las veces se hacen grandes expectativas, pero esas expectativas son por lo general individuales, cada quién tiene en su cabeza lo que espera del otro. 

Las historias se hacen independientes de la pareja, son personales y cuando el otro miembro de la relación no sigue el guión creado,  se genera una gran frustración, ¡porque nunca se comunicaron!

Se olvida que el otro es un ser individual y pensante, dueño de sus decisiones. La comunicación no se da desde el principio y se va degenerando, cada vez se escuchan menos.

Cuando existe algún problema, más que dialogar, se justifican,  culpan al otro,  llegan a la catarsis, uno de los miembros cede y  promete que va a cambiar, sin embargo, no está convencido genuinamente, lo hace para salvar la situación y seguir adelante.

Y el que da una nueva oportunidad, se victimiza, tiene un sentimiento de decepción y desconfianza,  ambos quedan resentidos.

Este resentimiento vuelve a salir a la luz hasta la siguiente discusión y se va acumulando, realmente nadie está valorando a nadie y la relación se convierte en tolerancia, solo para convivir.

Esto no quiere decir que el amor se haya acabado, el amor preexiste pero ya con ciertas grietas, con heridas no sanadas, se torna un poco más difícil y se transforma.

Pero,  ¿por qué se vuelve a discutir por lo mismo, si se supone que ya se había hablado y prometido hacer las cosas diferentes? Porque en realidad no se ha aprendido nada. 

Interviene el ego, el falso orgullo, las creencias individuales, las suposiciones y “el guardadito” que tiene cada uno del otro para sacarlo en el momento preciso y poder herir y dar la estocada más fuerte.

Cada uno cree que tiene la razón y culpa al otro, se victimizan en lugar de tratar de ser empáticos y entenderse de manera real, tratan de imponer su verdad y controlar al otro, quieren ganar pero en esto nadie gana, por lo general se pierden.

Ya no es tan fácil convivir el uno con el otro, el silencio crece, la distancia se da aunque están cerca, la decepción aumenta y aunque estén juntos, la relación ya no existe.

Se necesita aprender y asumir las responsabilidades de cada quien, de manera honesta, construir antes de destruir, saberse ir cuando es necesario, entender que si ya no hay relación y se genera frustración, hay que romper, hay que terminar.

El romper una relación no significa propiamente separarse, lo que se necesita es romper con esa mala relación y aprender lo que hizo que se deteriorara para generar una relación buena que los ayude a crecer y a ser mejores, pero de manera honesta, puede ser con la misma pareja o con una nueva, siempre y cuando no haya nada destructivo.

Si hay aprendizaje no hay fracaso, se aprende a no victimizarse, a ser más tolerante, a no controlar, a elegir las batallas, a escuchar, a crecer como ser humano y respetar al otro, a romper con lo que nos hace infelices, logrando así hacer mejores relaciones con nosotros mismos y por ende con la pareja,  y si es así, pase lo que pase, se habrá ganado.
Por Ely. 

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