La química del amor.
¿Sabías que hay dos cosas del amor que quizás no has pensado y que te pueden explicar todo aquello que vives cuando te enamoras de alguien?
A veces no te explicas por qué esa persona te atrae tanto y por qué te enamoraste de ella. ¿Sabías que el amor entra por la nariz? O ¿Sabías que el amor es una adicción?
El amor entra por la
nariz
El sentido del olfato, tiene
efectos asombrosos en nuestra imaginación y memoria. Un olor es capaz de
hacernos evocar formas, situaciones, gente, lugares, etc., que pertenecen al
recuerdo, pero además, es un elemento importantísimo en la atracción sexual de
la pareja humana.
Se piensa que lo que hace que dos
se junten es la apariencia, la belleza, el sex-appeal, sin embargo, aunque todo
eso ayuda, les resultará sorprendente saber que esa atracción, ese “flechazo”,
se debe más al olor que a otra cosa. Existe el amor a primera vista, pero sería
mejor decir, al primer aroma.
En la sociedad actual, es normal
que nos olvidemos de nuestra capacidad olfativa. A la gran mayoría nos gusta más
mirar, oír, besar y acariciar a nuestra pareja, pero no sentimos el deseo de
olerla. Lo hacemos en forma inconsciente
y su efecto excitante se hace sentir sin que nos demos cuenta. Tardamos en comprender
que los olores de nuestros fluidos naturales nos pueden resultar atrayentes.
Desafortunadamente en nuestra
cultura se busca eliminar totalmente lo olores corporales, esos que creemos
malos y de los que no nos imaginamos que sean tan valiosos en el erotismo
humano. Sin embargo, los científicos han
probado hasta el cansancio que entre los seres humanos, los olores operan de
forma subliminal, repeliendo, atrayendo o excitando.
Tales señales provienen de
hormonas que reciben el nombre de feromonas. Se sabe que muchas especies
animales y vegetales usan este mecanismo. Por ejemplo, las polillas producen
secreciones que atraen al sexo opuesto a más de 30 kilómetros de distancia.
Seguramente pasa con todos los seres vivos. En las hembras de nuestra especie
se encontraron feromonas que se denominaron cupulinas, localizados en sus
fluidos vaginales y que una
investigación reciente sostiene que son percibidas por el sistema límbico, aumentando
la pasión del hombre hacia las mujeres.
Sabias que en la Edad Media, las
mujeres italianas se aplicaban fluidos vaginales detrás de las orejas para
atraer pareja. ¿No estaban tan equivocadas, verdad?
Por eso los aromas de perfumería
fina proceden de aceites florales, cuya fuente son los órganos sexuales de las
plantas. Hay otros que se extraen de los órganos sexuales de animales. La
función del perfume siempre ha sido atraer la atención erótica. Sin duda el
olor tiene y ha tenido una relación sutil e inevitable con la sexualidad
humana.
Hombres y mujeres expelemos un
perfume natural. Algunas razas poseen olores más agudos; por ejemplo, el olor
de las personas de raza negra es más fuerte que el de las razas amarillas o
blancas. Pruebas de esto hay muchas, por
ejemplo, cuando somos bebés, nos inquietamos con el aroma de la leche materna e
identificamos a nuestra madre por el olor de su piel. Otro ejemplo es que los
perros nos identifican o localizan por nuestro olor. La piel humana desprende olores
que ni el baño ni los perfumes o desodorantes logran desaparecer. Se sabe que
la feromona masculina huele a madera de sándalo, por ejemplo.
Por eso, date cuenta que el amor no solo entra por los ojos o por el oído, sino que es más seguro que entre por la nariz.
El amor es una adicción
Otra cosa que debes saber es que
cuando nos enamoramos caemos en un
remolino de emociones y sensaciones, en el que la felicidad y la ansiedad están
juntas para meternos en una situación de la que resulta difícil salir. Para
nosotros solo existe la persona amada, el corazón se acelera siempre expectante
y en el estómago revolotean siempre mil mariposas. El sujeto amado hace que el
mundo sea más bello y el tiempo pase muy rápido y de manera satisfactoria. Nos
volvemos locos, ciegos… y adictos.
Cada día conocemos a decenas o
centenas de personas que no entran en nuestro campo de percepción, como si no
existieran. Y cuando menos lo esperamos, el flechazo llega. Aparece una persona
atractiva e interesante. Nuestra mente somete a nuestro objeto de amor a un
examen: imagen, sonidos, olores, modos, nivel sociocultural, y si se adapta a
nuestros ideales. Si las respuestas son satisfactorias, se da la alarma y
nuestro organismo entra en ebullición: el corazón se acelera, la presión
aumenta, una enorme excitación emocional nos envuelve, igual que con el miedo o
la ira.
Todo se dispara a partir de la
producción de la feniletilamina, de la familia de las anfetaminas y que es la
sustancia del amor. Se produce de forma natural en nuestro cerebro e inunda
nuestra sangre o, nos surtimos de ella a través de productos como el chocolate
con el que nos automedicamos durante el
ataque del amor. Así es como perdemos la cabeza, toda nuestra atención se
centra en nuestro ser amado. De ahí, no permitimos que nuestra percepción
reciba información negativa.
Esta revolución dura
aproximadamente tres meses, después, la feniletilamina disminuye, nuestro
organismo descansa y la euforia desaparece. Entonces vemos la realidad. La
claridad reaparece y le damos sentido a nuestro amor.El amor nos abruma como una
droga, es muy parecido a utilizar cocaína. Según se sabe las zonas de cerebro
que se activan cuando estamos enamorados, son las mismas que se activan cuando
se consume cocaína. En nuestro cuerpo se producen sustancias neuroquímicas como
dopamina, oxitocina, adrenalina, noradrenalina, entre otras, que son las que
nos producen el placer al que nos volvemos adictos.
Incluso cuando terminamos una
relación, también pasamos por una etapa en que estamos como están los que dejan
las drogas. En este caso se activan las mismas zonas que están asociadas a la
adicción a la nicotina y la cocaína, al dolor y al apego. Esto es porque
también nos aferramos a aquello que nos hace sufrir, porque no estamos
dispuestos a dejarlo ir. El amor es una adicción, es por eso que nos cuesta
tanto terminar con alguien.
Como ves, el amor es algo más
complejo de lo que nos imaginamos. Sin embargo, si ya te atrapó, no te
preguntes si fue el olor o si te volverás adicto a la persona que llegó a tu
vida, es mejor que no te resistas y lo trates de disfrutar al máximo, de lo
contrario tendrías que luchar con muchas
sustancias que inundan tu cuerpo y hacen que te sientas como te sientes.
Concentra tu atención en tus y sus reacciones, vívelas y ama todo lo que construyas con tu pareja.
Víctor Salas