¿Cómo ser poderoso al hablar en cualquier escenario?

               1 de abril de 2014.

12:50 hrs. Suena mi celular. –Hola Dany, habla Christian. Después de la escuela no te vayas para la casa, ve con tu primo y ahí nos vemos en un rato más.
 Esto fue lo último que escuché de mi hermano antes de que me dijera que mi hermana había fallecido por la mañana a causa de un infarto.

Jamás nos imaginamos cuándo puede llegar a suceder un evento de tal magnitud y sobrellevar la pérdida de un ser que amamos es uno de los retos más dolorosos que la vida nos pone en cara.

Seguramente miles de preguntas, reclamos o miedos invaden nuestra cabeza y pensamos que poder resistir una vida que, de repente, ha cambiado sintiéndonos totalmente incomprendidos será una prueba difícil de superar.

Cada cabeza es un mundo y todos afrontamos la situación de manera diferente. Dicen que el tiempo lo cura todo y que a lo largo de los días vamos a poder encontrar consuelo con la ayuda de familia y amigos manteniendo nuestras actividades diarias. Y llega aquella palabra que, en ese momento, nos cae como balde de agua fría: la resignación. Pero ¿qué es la resignación? ¿Simplemente recordar que el que está vivo es uno y la vida sigue? ¿Puede aquella palabra borrar el dolor? Tenemos una maraña de sentimientos encontrados que no nos deja ver claro que, aunque no queramos, tenemos que aceptar y seguir con nuestro camino.

¿Cómo continuar?

Personalmente, lo que me ayudó a sobrellevar la muerte de mi hermana fue preguntarme ¿Qué pensaría si cada noche me ve acostado llorando? Y mi respuesta fue clara, ella no estaría de acuerdo en que dejara mi ánimo guardado y seguramente se enojaría de ver que su hermano a diario estaba sumido en tristeza.

Otras cosas que también me ayudaron a poder superar su ausencia, y seguramente también podrían funcionarte a ti, fueron:

• La escuela/trabajo: tener un lugar en donde estar ocupado sin pensar en aquel día ayuda a despejarte, haciendo más fácil la situación, logrando que el proceso de duelo sea más rápido.

• Amigos: estar con tus amigos, llegarán a ser momentos muy aprovechables, puedes contar con ellos para escucharte y distraerte.

• Aceptar mis sentimientos: es normal lo que estás pasando y los sentimientos que estás experimentando.

• Celebrar a mi hermana: El año pasado, el 1 de Noviembre fue la primera vez que su foto estuvo en la ofrenda de día de muertos. Preparar su comida favorita y colocar objetos que a ella le gustaba usar fue una manera muy bonita de expresarle mi amor y admiración por ella y recordarla como la mejor. Inténtalo y verás que recordar a tu ser querido de esa manera es de las más gratificantes y emotivas.

• Cuidarme y cuidar a mi familia: Hacer ejercicio, comer bien y descansar te ayuda a seguir adelante.

¿Qué hacer cuando uno de los tuyos no puede sobrellevarlo?

Algunas personas lidian con el duelo por más tiempo y se sienten incapaces de seguir con sus actividades cotidianas. Estas personas podrían pasar por lo que se conoce como duelo complicado.

En mi caso, mi mamá fue quien más problemas tuvo para aceptar la ausencia de mi hermana y poder sobrellevar los momentos que vivió minutos antes de que partiera. Junto con mi papá y hermano decidimos:

·      Ser pacientes: Comprender a tu familiar y respetar su tiempo de duelo es la clave para que él o ella no sientan depresión y agobio.

·      Escuchar: Una de las mejores maneras para sobrellevar la muerte de alguien es platicar sobre ello. Escucha y alienta a tu familiar, esto hará que se sienta acompañado y comprendido.

·      Buscar a un especialista: Cuando veas que está cayendo en depresión y no pueda seguir con sus actividades o ni siquiera llegue a conciliar el sueño es momento de buscar a un profesionista. Un psicólogo o tanatólogo está preparado para buscar estrategias que lo o la ayuden en su duelo.

Recuerda que la muerte no se supera, se acepta. Quizá tardemos días, meses o años haciéndolo… Pero aunque no podamos ver a esa persona, ni siquiera escucharla o abrazarla, vamos a sentirla con nosotros en cada momento de nuestro día sabiendo que está ahí para cuidarnos y decirle que la echamos de menos.

Daniel Olmos